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El Psicoanálisis y el criterio de demarcación

Para Popper (1983) el mayor problema de las teorías de Freud, Adler y Marx se refieren a su irrefutabilidad. La teoría marxista, según expone, en un principio tuvo teorías testables, que de hecho fueron refutadas, pero posteriormente adquirieron el denominado “sesgo convencionalista” que alejaba a esta teoría de cualquier intento de refutabilidad. Por otra parte, las teorías psicoanáliticas de Freud y Adler son, desde un primer momento, no se pueden poner a prueba, por lo que son irrefutables. Con argumentos tautológicos y circulares en los que un hecho y su contrario sirven para demostrar la teoría constituyen elementos que no cumplen con el criterio de demarcación. 

Comparando estas tres teorías con la de Einstein muestra de forma convincente y empírica lo que es ciencia y pseudociencia. Es por ello que, gracias a esta comparativa, su argumentación resulta convincente. A través de la definición del criterio de demarcación, un aspecto que también es testable, delimita lo que puede considerarse ciencia frente a la pseudociencia. 


El Psicoanálisis puede ser considerada como una pseudociencia si atendemos a su intento de explicar la mente humana y ser una práctica terapéutica. En ese sentido, el psicoanálisis intenta hacerse pasar por ciencia cuando no lo es. Es una disciplina que se escapa a los rigores del método científico. La primera razón es que no cumple con el criterio de demarcación de Popper. Sus postulados no pueden ser refutados. El ejemplo más claro tiene que ver con el propio concepto del “inconsciente” que es el origen de la conducta según esta disciplina, pero no es falsable. Estamos ante una “estructura psíquica” que no se puede demostrar que exista o no. Los avances en técnicas de neuroimagen siguen sin encontrar ningún tipo de estructura cerebral o procesos que puedan ser equivalentes al concepto psicoanalítico del “inconsciente”. Pero aún así, se trata de un concepto tan etéreo que escapa a la testabilidad. 

Es interesante tener en cuenta como la propia construcción del Psicoanálisis puede influir mucho en su configuración como pseudociencia. Freud se basó en sus casos clínicas para desarrollar todo el corpus teórico psicoanalítico, pero no lo sometió a contrastación. Sus observaciones venían a corroborar lo que ya estaba establecido, pero que no se podía testar. Yela, uno de los padres de la psicología científica en España ya lo dijo en 1980: “Con no menos reiteración, el psicoanálisis y otras orientaciones parejas se han obstinado en abordar los problemas psicológicos más significativos y complejos sin poner a punto la metodología científica apropiada” (Yela, 1980). No es de extrañar, pues, que el psicoanálisis apenas tenga cabida en la formación universitaria, basada en la evidencia científica, y su formación se realice en escuelas psicoanalíticas.

Referencias:

Popper, K. R. (1983). Conjeturas y refutaciones: El desarrollo del conocimiento científico. Paidós.

Yela, M. (1980). Prólogo al Manual de Psicoterapia de Grupo de S. Ayestarán. Universidad Pontificia.